La Nomofobia y el mal uso del smartphone: un test

¿Qué tal mutante? Hoy voy a hablarte de la nomofobia que cada vez está más extendida en ésta nuestra sociedad tecnológica e hiperconectada, pero antes quiero que te pares 5 segundos e intentes recordar si has visto o vivido esta situación: estar en una cafetería o en un banco de un parque y ver un grupo de gente pero cada uno de ellos con la cabeza baja y mirando atentamente su móvil. Están todos juntos, han quedado para verse, pero prestan más atención a lo que les muestra la pantalla de su smartphone que a tener una conversación en la vida real. Esto ocurre muy a menudo, a todos nos ha ocurrido alguna vez al intentar contar algo a tus amigos y que éstos tengan toda su atención fijada en Instagram, Facebook o YouTube… y también lo hemos hecho. Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.

elijo el tlf

De este tipo de acciones deriva la fobia de la que te vengo a hablar: nomofobia, o miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil. Pero no sólo vamos a hablar de ella, sino de las consecuencias que tiene el uso desmedido del smartphone.

Significado de nomofobia

Éste curioso término viene de la expresión inglesa “no mobile phone phobia, ese miedo a salir de casa sin que el teléfono esté cargado al 100 de batería, o que en algún momento no tengamos datos o cobertura para estar conectados. Es el temor a perdernos algo que aparezca en internet o encontrarnos solos sin poder interactuar en las redes sociales.

Existen estudios realizados en esta materia de numerosas universidades de prestigio ya sean inglesas, norteamericanas o españolas, como el reciente estudio de la Universidad Internacional de La Rioja que arroja resultados tales como que la franja de edad en la que más incidencia aparece esta fobia es entre los adolescentes de 14 a 16 años. También aseveran que las chicas lo padecen más que los chicos. Se presenta cuando las personas sienten tanto apego al smartphone que en momento en que se encuentran sin él sufren ansiedad, malestar de estómago, nervios, etc.

nomofobia

El autor español de este estudio, Don Joaquín Manuel González-Cabrera, perteneciente a la Universidad de la Rioja advierte de esta nueva fobia: “Estamos ante un problema de especial importancia que puede constituir al tiempo, un problema psicopatológico de gran relevancia”, “no sería de extrañar que se considere como una patología en el futuro”. Hoy en día no se considera una enfermedad, pero los expertos ya advierten de que es un problema que se encuentra hoy día entre nosotros y que puede ser, muy probablemente, una enfermedad que deba ser tratada como tal.

Excesivo uso del smartphone: sus consecuencias

Hemos hablado de una consecuencia del uso intensivo del smartphone y de lo que en un futuro llegue a plantearse como una seria enfermedad, pero existen numerosas acciones que realizamos en el día a día con nuestro teléfono móvil que nos “perjudican”. Pero lo más importante es saber cómo identificarlas para rectificar nuestra conducta. Así que vamos con algunas de ellas:

  • Dolores musculares: un estudio realizado en Reino Unido revelaba que el 84% de los jóvenes padecía dolores de cuello y espalda debido a la mala postura a la hora de mirar el teléfono móvil. Es lo que se conoce como el síndrome de “cuello de texto”, esa postura que todos realizamos al mirar el móvil que nos acarrea dolor cervical, de hombros, de cuello o incluso de dificultad de respiración en los peores casos.
  • Síndrome del doble check: esto ocurre cuando se envía un WhatsApp  o cualquier mensaje instantáneo de cualquier aplicación de mensajería a algún contacto y éste lo ha recibido, lo ha leído pero no  ha contestado. En el emisor se produce un estado de ansiedad y nervios porque se pregunta por qué no ha contestado y comienza a tener pensamientos negativos planteándose las posibles respuestas de esa no contestación.
  • Vibración fantasma: sentir una falsa vibración en el bolsillo o bolso (dependiendo donde lleves el smartphone) que haga creer que se ha recibido una notificación, cuando en realidad no es así.
  • Consultarlo de manera compulsiva: revisar tu smartphone cada pocos minutos para mirar notificaciones, tus fotografías o redes sociales sin mirar nada en particular. Sólo porque tu cerebro no te permite desconectar y se aburre cuando no se está haciendo ninguna tarea en particular.

lesiones por movil

Existen otros avisadores para saber que estamos más pendientes del móvil de lo que deberíamos; como encenderlo o revisarlo como primera tarea al despertarnos y antes de acostarnos. Ésta última acción provoca que el sueño no sea todo lo satisfactorio que debería, ya que como afirman los expertos, el revisar el teléfono móvil antes de irnos a dormir provoca que nuestro cerebro se vuelva a activar cuando deberíamos intentar lo contrario. Lo más saludable es realizar tareas que podamos hacer de forma mecánica antes de irnos a dormir, como beber agua, lavarnos la cara o los dientes. Así nuestro cerebro entiende que estas acciones son el preludio del sueño y conseguiremos desconectar fácilmente para poder optimizar nuestro descanso.

Otros avisadores comunes que deberían plantearnos que lo usamos de forma casi compulsiva además de las anteriores son acciones como llevarlo siempre encima (incluso en vacaciones cuando vamos a la playa o a la piscina) o sacarlo en la cafetería cuando estamos con los amigos, como he dicho al principio.

El uso del smartphone no es malo en sí, hoy en día es algo casi obligatorio porque vivimos en una sociedad conectada. El problema viene cuando no sabemos “apartarlo” a un lado y realizar otras tareas y acabamos acudiendo a nuestro smartphone más tarde o más temprano. Resulta cómodo y sencillo “mirar el móvil” y pasar las horas muertas sin otro quehacer que mirar videos de “gatetes” en YouTube, o darle al corazoncito a la última foto subida a Instagram de algún influencer al que sigamos (en las redes, se entiende – seguirlo por la calle se le llama de otra forma: delito de acoso). El problema aparece cuando el no hacer esas cosas nos acarrea malestar y necesitamos continuar con eso para sentirnos bien. Es ahí cuando deberíamos darnos cuenta que hay algo que no va bien.

Volver a la sencillez

La tecnología nos permite en la mayoría de ocasiones simplificar las cosas,  como por ejemplo el uso del GPS para llegar sin problemas al destino deseado (atrás quedó eso de bajar la ventanilla y preguntar la  dirección correcta al “paisano” de turno) pero otras tantas la tecnología nos perjudica, como bien apunta mi compañero Pablo Marzoa en su sensacional post La tecnología no siempre ayuda.

A veces nos quedamos tan absortos en el mundo tecnológico que olvidamos el mundo real, el tangible. Yo he visto cosas que me han llamado poderosamente la atención y son totalmente verídicas;  un ejemplo de esto fue  mientras me encontraba de visita en el Oceonográfic de Valencia. Tuve la oportunidad de  poder contemplar a una familia de focas, verlas entrar y salir del agua y apreciar a tales animales de forma cercana, algo imposible en nuestro día a día.

Pero mientras esa experiencia puede serme enriquecedora a mí, he visto cómo una persona en vez de contemplar y disfrutar de estos mamíferos ha preferido colocarse de espaldas a ellos, sacar su “palito para selfies” y  su smartphone para realizarse como una veintena de fotografías. Y una vez elegida la foto en la que más guap@ se ha visto reflejad@, bloquear el dispositivo móvil y enfilar a la siguiente parada para realizar la misma acción. No se paró ni siquiera a contemplar a los animales que le habían servido como fondo para su instantánea la cual al momento subiría a sus redes sociales (porque no tendría sólo una) a la espera de recibir una decena de likes.

Pese a todo esto, tenemos que tener claro que el uso del smartphone en nuestro día a día no es perjudicial, lo es el uso obsesivo del mismo. Aquí te dejo un enlace que te llevará a un sencillo test mediante el cual podrás ver qué nivel de dependencia tienes con tu smartphone. Se hace en pocos minutos y aquí en Vaca lo hemos realizado todos (Nerea la primera). Los resultados pueden llegar a asombrarte.

Como última reflexión a este post, mutante, me gustaría invitarte a que de vez en cuando guardes tu smartphone y te dediques a disfrutar de lo que la vida nos trae. Un buen café, tu grupo de amigos y una interesante conversación (tampoco tiene que ser muy interesante) que te facilite el acercamiento entre las personas. Porque hay veces, o esa es la impresión que tengo, que pese a estar todos más conectados, más solos nos encontramos. Esto me ha quedado un poco intenso, muy de película basada en hechos reales programada en la sobremesa del sábado en Antena 3, pero a lo que me vengo a referir es que todos deberíamos recapacitar y vivir un poco más lo que hay alrededor de la pantalla de nuestro smartphone que es lo que de verdad tenemos en nuestra vida.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Scroll al inicio