PewDiePie es abandonado por Disney y YouTube se aleja de él

Vaqueros, pongámonos serios por un momento. La noticia de la semana es que PewDiePie, la mayor estrella de YouTube (53 millones de suscriptores, casi el doble que el siguiente youtuber más popular, HolaSoyGerman) ha perdido su contrato con Disney y su estatus de privilegiado con Google debido a una serie de chistes racistas. ¿Ha cometido PewDiePie un error honesto? ¿Es una maniobra publicitaria? ¿O sencillamente es un capullo? Todo lo que necesitas saber del auge y caída del niño bonito de YouTube, en Vaca Mutante.

¿Capasao?

Felix Kjellberg, a.k.a. PewDiePie tiene actualmente 27 años y mucho ha llovido desde sus orígenes comentando videojuegos entre tacos a cual más colorido. Su ascenso como la cara más visible de YouTube se salda con 14 mil millones de visionados de sus vídeos, ingresos que han llegado a los 15 millones de dólares al año, y contratos con Disney (a través de Maker Studios) y con YouTube Red, el servicio de suscripción de pago de YouTube. Hasta aquí, una idílica historia del ascenso y triunfo de una nueva generación de comunicadores nativos digitales. ¡Hurra!

Pero, ¿qué pasa si el poster boy de YouTube cuelga un vídeo pagando a randoms para que sostuviesen carteles que rezasen “muerte a todos los judíos” o “Hitler no hizo nada malo”? ¿Y si a raíz de eso el Wall Street Journal revela que al menos nueve de sus vídeos desde agosto de 2016 tienen contenido antisemita o imaginería nazi? Pues que su principal sponsor (el principal creador de contenido familiar del mundo) cesa el contrato con él y que la plataforma que lo alberga lo saca de su rango de publicidad premium y cancela su serie, eso pasa.

En serio, no lo es
Fragmento del vídeo que lo empezó todo

La culpa de todo la tiene PewDiePie

Ante la avalancha de críticas que se le ha venido encima el bueno de Felix ha salido al paso afirmando que sólo quería mostrar lo loco que está el mundo, que entiende que sus chistes fueron en última instancia ofensivos, y que no apoya a grupo de odio alguno.

Esto no es suficiente, Felix, te explico por qué.

PewDiePie es una de las caras más reconocibles en el gaming, y de la generación YouTube en general. Alguien acaudalado y privilegiado, incluso se diría que con autoridad. Esto hace de él una figura pública cuyas referencias contra minorías, uso de parafernalia nazi y rape jokes son difíciles de pasar por alto: mensajes como “Hitler no hizo nada malo” ya son execrables de por sí, y en su boca son normalizados. Eso es un problema, más en el clima político internacional actual. Y no os llevéis a engaño: todo es política, queramos o no.

Twat
No es broma, el muchacho va en este plan.

Felix Kjellberg repite una y otra y otra vez que todo ha sido una broma, y que de hecho él es la víctima de los medios, que están sacando sus vídeos de contexto. Pobre Felix, que le gusta reírse de sus chistes sobre matar judíos, y ahora está enfadado porque su productora y su plataforma no le dejan. En su mente él no tiene la culpa de la controversia: la tienen los medios por llevar sus actividades a la luz. News flash, querido querido Felix: por mucho que quieras, no se puede amasar fama y fortuna sin responsabilizarte del contenido que te la provee.

Las celebrities de Internet se unen a las tradicionales

Si bien esto último es falaz, arroja luz sobre una de las claves de la situación: YouTube se consolida como una plataforma que no solo alberga vídeos de gatos, sino que acuña estrellas globales. La repercusión mediática que está teniendo el caso PewDiePie es la misma que cuando actores como Mel Gibson sueltan alguna idiotez racista o cuando al príncipe Harry se le ocurre llevar una esvástica en el brazo. A partir del caso PewDiePie las celebridades de Internet son lo suficientemente relevantes para estar sometidas a los mismos estándares que las celebridades “tradicionales”.

PewDiePie y su cuestionable chiste son un antes y un después. Hasta ahora, los youtubers habían disfrutado de la libertad que da la inmediatez y la valoración de la autenticidad de la plataforma. No han tenido que lidiar con supervisores ni agentes, y de hecho a menudo ha ocurrido que las conductas más impactantes o provocativas han sido las que mejor resultado les han dado. Pero PewDiePie ha demostrado que a más dinero mueve el sector (especialmente si un personaje se convierte en una marca) los creadores de contenido han de adoptar mayores y mejores medidas de control de calidad, aproximándolos a los productores audiovisuales tradicionales.

El bueno de Felix no va a caer en bancarrota de la noche a la mañana, pero es poco probable que cualquier marca quiera asociarse con él pronto, así que quizá la próxima vez se lo piense dos veces antes de subir un vídeo. O acepte la invitación del blog neonazi The Daily Thunder, que se han vuelto súper fans suyos.

¿Y tú? ¿Qué opinas de esto? ¿Cómo ves la actuación de YouTube? ¿Qué crees que depara el futuro a las estrellas de YouTube? ¡No dejes de dejar tu visión en nuestros comentarios!

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