Con el creciente auge de las smartbands, a muchos se nos olvida que llegaron antes al mercado que los relojes inteligentes. No podemos negar que Android Wear hizo que quedasen algo relegadas a un segundo plano. Pero es una tendencia que está cambiando desde hace tiempo. Y por eso es lógico pensar que las pulseras inteligentes han evolucionado para ofrecer al usuario muchas más prestaciones. ¡Y las podemos tener todas en nuestra muñeca!
En un principio, estos wearables estaban pensados para aportar una serie de funciones muy básicas. Por ejemplo, nos dan información sobre el número de pasos que damos. O el número de calorías quemadas en un día. De hecho, y aunque muchos relojes inteligentes también nos pueden dar este tipo de datos, las smartbands siguen siendo la primera opción para las personas deportistas. Pero, ¿y qué pasa con las personas que no están tan interesadas en el deporte?
Más adelante veremos que las pulseras inteligentes también se postulan como muy buena opción a tener en cuenta por las personas más sedentarias. Por ejemplo, hay pulseras en el mercado como la Xiaomi Mi Band 2, que también nos aportan funcionalidades que nada tienen que ver con el ejercicio. Pero no nos adelantemos. Antes, vamos con un poco de historia:
Las smartbands comenzaron su andadura hace tiempo. Pero no fue hasta el año 2014 cuando empezaron a ganar protagonismo. Desde ahí, han ido evolucionando. Y a día de hoy, podemos decir que nos encontramos con dos tipos de pulseras:
- Las que se centran más en la gestión del ejercicio físico o de la salud: son aquellas smartbands que no suelen llevar una pantalla incorporada. Si queremos consultar los datos recogidos por la pulsera, deberemos hacerlo desde nuestro móvil directamente.
- Las que se parecen más a un reloj Android: suelen tener una pequeña pantalla incorporada con la que se puede interactuar y usarse como centro de notificaciones. Además de ofrecer funciones de gestión del deporte y salud, podemos hacer otras cosas como contestar llamadas o controlar el reproductor de música.
A continuación, vamos a explicar detalladamente qué nos ofrecen las pulseras inteligentes y cómo han evolucionado hasta el día de hoy.
1. Cuantificador de pasos
Es la función más básica y a la vez, el pilar fundamental de la existencia de las pulseras inteligentes. Es la evolución más clara del clásico podómetro. El funcionamiento de la medición de los pasos se realiza porque las smartbands llevan incorporados acelerómetros y giroscopios. Quizás el nombre de estos sensores nos suenen ya que prácticamente todos los móviles los llevan también. Y ya que hablamos de móviles, son bastantes las marcas que han creado su propio software para contar los pasos. Por ejemplo, tenemos Google Fit en Android. De hecho, la mayoría de nuestros móviles podrían medir los pasos que damos al día, pero sería muy incómodo llevarlos encima todo el día, ¿no?
Esto es una de las claves de éxito de las pulseras inteligentes, la comodidad de llevarla en la muñeca. Y que, además, de manera autónoma te vaya midiendo los pasos. Algunas han evolucionado en este aspecto y ya no sólo miden los pasos que damos, sino también si subimos o bajamos escaleras.
2. Control de actividad física
En un principio, las smartbands daban la posibilidad de introducir de manera manual datos de actividades físicas que no fueran los pasos. Pero hoy en día, son muchas las que lo hacen de manera automática. Por ejemplo, son muchas las que son capaces de “saber” si estamos en reposo o realizando un ejercicio físico.
3. Calorías quemadas
Las pulseras inteligentes emplean diferentes métodos para registrar las calorías que se han quemado. Uno de esos métodos es calcularlas en función de tres factores: edad, peso y altura. La otra manera es por medio de la actividad física. Por ejemplo, suele ser muy habitual que al igual que te informa de los pasos que has dado, te informe del número de calorías que hayas quemado con ellos.
4. Monitorización del sueño
Otra de las funcionalidades que pueden hacer es medir el tiempo que dormimos. Con sus sensores, son capaces de detectar si estamos durmiendo. Al día siguiente, tendremos información sobre el número de horas que hemos dormido. Esto también ha evolucionado ya que ahora pueden detectar las horas de sueño profundo o sueño ligero que hemos tenido. Incluso, nos dan la posibilidad de poner la vibración de la pulsera para despertarnos por la mañana (así nuestras ganas asesinas de matar al despertador desaparecerán).
Estas son las funcionalidades más “básicas”. A partir de aquí, vamos a empezar a hablar de las “más modernas”. ¡Vamos a ello!
5. Calorías ingeridas
A pesar de la evolución de las smartbands, las calorías ingeridas no es un dato que te pueda dar una pulsera inteligente de manera automática, de momento. Para llevar a cabo esto, es el usuario quien desde su teléfono móvil, debe introducir el número de calorías que tenga la comida que vaya a consumir. La única evolución que podemos encontrar es que en algunas de estas pulseras tenemos la opción de usar la cámara de nuestro terminal para escanear la etiqueta de los productos. Es una función muy interesante si queremos tener controlada la ingesta de alimentos, pero también supone un trabajo laborioso para la persona.
6. Control de peso
De la misma manera que el número de calorías ingeridas, también podemos meter el dato de nuestro peso. De esta forma, la pulsera irá creando estadísticas que podremos consultar para comprobar cómo ha variado. Otras, se conectan directamente con las básculas.
Y muy relacionado también con el número de calorías ingeridas y el peso, algunas smartbands son capaces de darnos recomendaciones sobre el tipo de alimentación que estamos llevando.
7. Medición del ritmo cardíaco
Es una de las prestaciones más deseadas en las smartbands. El tipo de medición dependerá del tipo de sensor y la frecuencia de medición (que podrá ser automática o manual). Si es automática, lo medirá cuando detecte actividad o cuando el usuario esté en reposo. Y si es manual, algunas lo medirán cuando se lo indiquemos desde nuestro móvil o bien, desde la propia pulsera.
Es una ventaja para la gente que hace ejercicio para poder tener controladas sus pulsaciones. Las pulseras que llevan esta opción suelen ser más caras, exceptuando algunas que tienen un precio mucho más económico, como las de Xiaomi.
8. Centro de notificaciones
Nuestra pulsera puede convertirse en un centro de notificaciones. Los modelos que no suelen tener pantalla, nos pueden avisar de que hemos recibido un mensaje o nos están llamando mediante vibración o con la iluminación de un led. Por otro lado, las que disponen de una pantalla, ofrecen la posibilidad de visionar la notificación y en ocasiones, interactuar con ella.
9. Accesorio o complemento
Aunque fueron concebidas en un primer momento para deportistas, han pasado a convertirse en un complemento más, como quien lleva un reloj o una pulsera (no olvidemos que también hay muchas las smartbands con las que podemos consultar la hora a través de su pantalla). Por ello, es habitual encontrar todo tipo de correas como de colores, metálicas o de cuero.
Año 2014: Año clave para las smartbands
Anteriormente, hablábamos de que el año 2014 fue el año clave para las smartbands. Es hora de que repasemos brevemente los modelos que se presentaron:
- Samsung Gear Fit: Samsung presentó esta pulsera, siendo una de las que tenían una pantalla curva, con la que además se podía interactuar para ver y controlar las diferentes notificaciones. Con el paso del tiempo, presentaron un modelo más avanzado que lleva el nombre de Gear Fit 2.
- Huawei TalkBand: Huawei sacó este modelo con unas funciones un poco más limitadas si la comparamos con la de Samsung (por ejemplo, tenía pantalla pero no era táctil). Una de sus prestaciones más curiosas es que se podía transformar en un auricular y así, poder contestar a las llamadas.
- Sony SmartBand Talk: La característica principal de la pulsera de Sony es que su pantalla era de tinta electrónica. También daba la posibilidad contestar llamadas, pero en este caso hablando directamente a la muñeca.
- LG LifeBand Touch: LG tampoco quería perder el tren para presentar una pulsera inteligente durante el 2014. Con una pantalla oled, aportaba prestaciones de control de notificaciones, control de pasos, calorías consumidas o control del reproductor de música. Lo bueno es que se podía usar con aplicaciones de terceros, como RunKeeper.
- Garmin VivoSmart: Garmin ya tenía una pulsera, Vivofit. Presentó VivoSmart como su sucesora con unas cuantas mejoras, como una mejor conectividad o la posibilidad de monitorizar el sueño.
- Xiaomi Mi Band: El gigante chino presentó este modelo, siendo uno de los más sencillos del momento. Carecía de pantalla pero nos daba la posibilidad de usar la vibración para avisarnos de las notificaciones. Luego más tarde, llegó la Mi Band 1S, que a pesar de ser físicamente igual a la Mi Band, tenía el sensor para medir el ritmo cardíaco. Pero Xiaomi no se ha quedado ahí. Tal como habábamos al principio del post, este año ha sacado la Mi Band 2 con unas prestaciones muy interesantes.
No cabe duda de que las smartbands han llegado para quedarse. Y seguramente, seremos testigos de cómo siguen evolucionando en un futuro. ¿Qué creéis que será lo próximo que nos ofrecerán estas pulseras inteligentes?