Lootboxes y el futuro de los micropagos en videojuegos

Mutante, hay dos cosas que me queman el culo: una es una hoguera así de alta (ahora tengo mi mano a la altura de mi culo) y otra es pagar dos veces por algo. Y desgraciadamente esto se está convirtiendo en una tendencia cada vez más extendida en el sector de los videojuegos. Sí, hablo de los famosos micropagos y de las cajas de botín.

Si en este año 2017 que acabamos de dejar el mundo de la telefonía ha reportado grandes avances tanto en diseños como en procesadores e inteligencia artificial, no podemos decir lo mismo en el mundo videojueguil, donde se está instaurando la moda de seguir pagando por algo que ya has pagado una importante suma de dinero.

¿Que son las loot boxes o cajas de botín?

Las cajas de botín o loot boxes en los videojuegos consisten en micropagos que se efectúan dentro del juego y que proporcionan, de manera aleatoria o no, mejoras sustanciales a los jugadores. Estas cajas pueden consistir simplemente en productos que no afectan al sistema de juego más allá de la mera ornamentación (ya sea en skins para el personaje o mejoras estéticas en las armas) o otros casos en recompensas y mejoras a la hora de evolucionar en el juego respecto a otros jugadores.

Justificación de las compañías

En las últimas semanas muchas compañías han intentado justificar todo este revuelo alegando que es un tema de competencia empresarial y por coste de los videojuegos. Ellos arguyen que a día de hoy es muy caro producir videojuegos y que los micropagos son una forma de seguir obteniendo ganancias una vez el consumidor ha desembolsado el dinero para comprar el juego (hablamos de 60-70 euros).

Además, la proliferación de pequeñas compañías (indies) provoca que la parte a repartir del pastel sea cada vez más pequeña, por lo que hay que continuar consiguiendo beneficios a medio-largo plazo. Todo en pos del mejor funcionamiento de la industria del videojuego.

Según declaraciones de varios productores de videojuegos el futuro de la industria pasa por seguir añadiendo contenido en mayor o menor medida a un producto que ya se encuentra en el mercado para que continúe dando beneficios. Es decir, si quieres continuar jugando a ese juego y seguir avanzando en él, deberás seguir pagando (algo así como un alquiler de algo que supuestamente ya has pagado).

muros de pago en videojuegos
Tess Everis solo te quiere por tu dinero

El incentivar el avance del juego mediante micropagos se está convirtiendo en algo común. Además, si para poder avanzar o mejorar en un juego es requisito sine qua non el pasar por caja te está creando una clara desventaja en juegos singleplayer, no hablemos de los multijugador que plantea una clarísima desventaja para todo jugador que no pueda o simplemente no quiera desembolsar dinero para avanzar.

Porque si estos micropagos te permiten mejorar en experiencia o conseguir armas que de otra manera  casi imposibles de conseguir, estás en inferioridad de condiciones respecto a los que pasan por el aro y desembolsan su dinero.

Lootboxes: ¿puerta de entrada a la ludopatía?

A priori puede sonarte exagerado. ¿Cómo los micropagos pueden provocar o derivar en adicciones al juego? Pues desgraciadamente es mucho más común de lo que parece. Te pongo un ejemplo que pasaba con las famosas tiendas que existieron hace unos cuantos años, te hablo de las tiendas “Todo a 100”.

En éstas tiendas era muy común dejarte más dinero del que en principio una persona pensaba gastarse por algo tan sencillo como el poco dinero que costaban los artículos.

La gente entraba o entrábamos allí porque todos los productos eran realmente baratos, así todos valían 100 pesetas (esa antigua moneda de curso legal en España hasta el año 2002 a la que se le llamaba “la rubia”) y sin darte cuenta comprabas muchos productos porque todos ellos eran baratos, pero en su conjunto la suma salía cara si no te dabas cuenta.

Con los micropagos ocurre lo mismo: son pequeñas transacciones de dinero que de manera aislada no repercuten en tu bolsillo, pero que al realizarse casi a diario provoca que la suma total se convierta en una cifra a tener en cuenta. Y esto es lo que le ha ocurrido a más de un jugador. Todos conocéis el caso de la adicción al Candy Crush que entre otras cosas, incentivaba al usuario a realizar pequeños pagos para avanzar.

Y por supuesto habréis oído las declaraciones de un gamer de 19 años en el portal Reddit donde afirmaba haberse gastado 10.000 dólares en micropagos. A grandes rasgos cuenta cómo sin darse cuenta gastaba pequeñas cantidades en juegos online de manera continua hasta el punto de llegar a gastar en pocos años más de 10.000 dólares. Esto evidentemente es un extremo y no le va a ocurrir a todo el mundo. Pero ya deja en evidencia el peligro de este tipo de modalidades en el universo del videojuego.

Tal es la preocupación de esta práctica no regulada que países como Bélgica quieren a nivel europeo prohibir estas cajas de botín en los videojuegos porque que las consideran “juegos de azar”, ya que el jugador paga una cantidad de dinero sin saber la bonificación que va a recibir a cambio, según palabras del ministro de justicia Koen Geens.

Sea una mala práctica o no, lo que parece es que las compañías de videojuegos no piensan abandonar estos micropagos en sus juegos, por lo que seguramente seguiremos leyendo polémicas de este asunto a lo largo de este año.

Así que parte de responsabilidad de ceder a este tipo de praxis en los videojuegos cae en los nosotros los jugadores, por lo que si esto continúa y nosotros seguimos aceptándolo y pagando aunque sea a regañadientes, sólo puedo parafrasear la última frase del estupendo libro El Club Dumas de Arturo Pérez-Reverte : “Cada cual tiene el diablo que se merece”.

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